Cuanto más oramos, más cerca estamos de Dios que nos ama. Todos los días deberíamos poder encontrar un tiempo para orar de alguna manera a nuestro Dios amoroso. Descargue un kit GRATIS de varias oraciones de verano que se pueden utilizar en la casa o en el programa de educación religiosa católica.
La oración es una conversación con Dios. Dios nos habla en nuestros corazones y nosotros escuchamos. En oración, respondemos a Dios en el nombre de Jesús. Hablamos con Dios como un Padre que nos ama y elevamos nuestras mentes y nuestros corazones hacia él.
En una reunión con miembros de la “Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza en Roma un otoño de 2014, el Papa Francisco usó la metáfora de inhalar y exhalar para describir una vida de oración: “La respiración se compone de dos etapas: la inhalación, la entrada del aire, y la exhalación, la salida del aire. La vida espiritual se alimenta y se nutre mediante la oración y se expresa exteriormente a través de la misión: inhalar y exhalar. Cuando inhalamos, mediante la oración, recibimos el aire fresco del Espíritu Santo. Al exhalar este aire, anunciamos a Jesucristo resucitado por el mismo Espíritu. Nadie puede vivir sin respirar. Es lo mismo para el cristiano: sin alabanza y sin misión no hay vida cristiana” (Discurso a la Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza, 31 de octubre de 2014).
La oración es, entonces, como la inhalación del aire. La vida de oración nos permite exhalar o compartir el amor de Dios en el mundo. La oración fortalece nuestra relación con Dios Padre y nos guía en nuestro camino de fe.
Descargue un kit que lo ayudará a orar durante todo el verano, y que ofrece un compendio de oraciones para las vacaciones de verano y todos los momentos.
Como católicos, oramos abriendo nuestros corazones y nuestras mentes a Dios. Hay muchas formas de orar. Podemos orar solos o acompañados. Oramos juntos en la liturgia y en los sacramentos. Cuando oramos, nos unimos a Jesús y a la Iglesia. Podemos orar en silencio o en voz alta. Podemos orar con o sin palabras, concentrándonos en Dios. Podemos utilizar oraciones tradicionales u oraciones originales.
La oración está en el corazón de la vida cristiana. Dios siempre está listo para escuchar nuestra oración, y nuestra oración nos ayuda a acercarnos más a Dios. Dios quiere que vivamos en su amistad, amor y paz. Hacemos esto por amor a Dios y al prójimo. Cuando oramos para pedir fortaleza para conocer y hacer la voluntad de Dios, nuestra oración está siendo verdaderamente guiada por Dios.
Como católicos, oramos abriendo nuestros corazones y nuestras mentes a Dios.
Aprendemos a orar con el ejemplo de Jesús, especialmente en la oración del Padrenuestro. Jesús oró a Dios con paciencia y confianza.
Los padres y catequistas comparten la tarea de ayudar a los niños a orar. Muchos católicos aprenden sus primeras oraciones en la casa, con sus padres. Cuando los padres oran con sus hijos y comparten tradiciones de oración familiar, enriquecen la catequesis de sus hijos. Las oraciones que aprendemos de niños nos guían a amar y cuidar a nuestras familias y nos ayudan a entender que Dios es nuestro Padre y que somos parte de su familia. Desde allí, aprendemos a amar y cuidar a los demás.
Como Iglesia, somos guiados por el Espíritu Santo para orar. La Comunión de los Santos ora con nosotros y por nosotros. También tenemos la Palabra de Dios, la liturgia de la Iglesia y las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, que son fuentes de oración.
Somos guiados por el Espíritu Santo para llevar a cabo estas formas de oración: adoración, bendición, petición, intercesión, acción de gracias y alabanza.
Hay muchas formas de orar. No importa el tipo de oración que utilicemos, Dios escucha todas nuestras oraciones. Cuanto más oramos, más cerca estamos de Dios que nos ama. Todos los días deberíamos poder encontrar un tiempo para orar de alguna manera a nuestro Dios amoroso.