Junio 8, 2016 Creemos Catequetico- Oracion
Todos sabemos que hay una diferencia entre las vacaciones y las vocaciones. Pero, ¿qué pasa cuando la vocación de ser catequista se topa con la vacación del verano? Para un catequista la vacación es un buen tiempo para renovar la vocación. Lo siguiente son tres sugerencias que podemos atender durante las vacaciones de verano.
Primero, mejorar nuestra vida espiritual. Ahora que no tenemos que preocuparnos por la lección semanal de la catequesis, es un buen tiempo para atender a nuestras vidas espirituales. Hay varias maneras en que podemos lograr un enriquecimiento de nuestra vida espiritual. Nuestras diócesis tienen muchos programas de certificación o clases que nos ayudan a entender un poco más sobre nuestra fe. También es una buena oportunidad para hacer un retiro en un lugar espiritual como un monasterio o un convento. Si no puedes tomar un tiempo fuera de tu casa este verano, otra opción es la de usar el internet. Con el internet uno puede hacer un retiro casero. Por ejemplo, en el sitio web de Sadlier hay varios artículos para el enriquecimiento espiritual. Aparta una hora durante la semana para ir a www.sadlierreligion.com y buscar un artículo que te llame la atención, después de leerlo haz una reflexión personal sobre el tema del artículo.
Segundo, mejorar tu vocación como catequista. No solo es importante enfocarnos en nuestra vida espiritual personal sino también hay que atender a nuestro ministerio como catequista. Las mismas sugerencias que ya se mencionaron, buscar en nuestra diócesis talleres o seminarios que podamos atender y acudir a sitios en la web pero con el enfoque de la vocación del catequista. Otra manera para enfocarnos en nuestra vocación es la de hacer reuniones informales con los padres de familia que tienen hijos en la catequesis. Como todos sabemos, los padres de familia forman una parte muy integral en el proceso de la catequesis de sus hijos. Pero muchas veces no los tomamos en cuenta. El verano nos da una buena oportunidad para hacer actividades informales, como una carne asada o un picnic u otro tipo de convivencia amena para empezar a formar comunidad y fomentar buenas relaciones entre todos.
Tercero, hay que tomar este tiempo para acercarnos más a Dios. El verano nos da una buena oportunidad para apreciar todo lo que nos otorga nuestro Dios. Hay que tomar un tiempo para apreciar todos los dones que tenemos; la familia, la naturaleza, nuestra comunidad, nuestra parroquia, nuestra fe y sobre todo el don de ser catequista. Este verano hay que tomar un tiempo para darle gracias a Dios por todo lo que tenemos y prometer nuestra buena disposición para seguir adelante.
Aquí está una oración que pueden descargar e imprimir para usarla en sus reuniones con grupos en la parroquia. También se puede usar en familia para agradecer a Dios por todo lo que nos brinda.
Victor Valenzuela