Poco sabemos de José, el esposo de María, la madre de Jesús, por consiguiente, el padre adoptivo del Hijo de Dios, Jesús. Por lo que leemos en la Biblia podemos concluir que José era un hombre justo, trabajador, honrado y sobre todo que confiaba en Dios.
Aunque parece poco lo que sabemos de José, en la Biblia no leemos que José dijera una palabra pero, es mucho lo que nos dicen sus acciones. José protegió a María y a Jesús. Desde antes de nacer Jesús, José estuvo al cuidado de él. Aceptó a María embarazada sin saber de quien, amparó a María durante el nacimiento de su hijo y huyó con ellos a Egipto para librar a Jesús de morir en las espadas de Herodes. A la muerte de Herodes, José regresó con su familia a Galilea donde trabajó como carpintero, oficio que enseñó a Jesús, y que le da el nombre de “Obrero” en la fiesta de san José obrero que celebramos el 19 de marzo.
José fue un hombre extraordinario, un pilar importante en lo que conocemos como la “Sagrada Familia” y en el plan de salvación de Dios. José aceptó el papel de criar a Jesús y al respecto, él cuidó de María y Jesús. José fue el modelo de padre que tuvo Jesús. De él aprendió a trabajar y a conocer las Sagradas Escrituras. El ejemplo como padre de familia es encomiable y es modelo para todo padre de familia en el mundo de hoy. José formó el ideal de la familia cristiana.
En este año que nos preparamos para celebrar el sínodo de la familia, meditemos en las relaciones familiares de José y cómo estas pueden servir de modelo a nuestras familias.
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