La solemnidad de la Sagrada Familia se celebra el domingo siguiente a la Navidad. Justo momento para conmemorar a la familia de Jesús, María y José, modelo de familia para nosotros los que creemos en Jesucristo. Pero precisamente por la cercanía a la celebración de la Navidad, el destello de las luces y las decoraciones, muchas veces no reparamos en esta fiesta y se nos pasa desapercibida como otro domingo más.
La familia de Jesús, José y María es sagrada porque fue la familia, aquí en la tierra, de la segunda persona de la Santísima Trinidad. Otros hechos importantes en esta familia fue que María y José aceptaron la voluntad de Dios de cuidar de su Hijo mientras crecía aquí en la Tierra. En la festividad de la Sagrada Familia, recordamos y celebramos que Dios quiso venir al mundo en una familia, como cada uno de nosotros, santificando así a toda la familia humana.
No permitamos que las distracciones y las decoraciones nos hagan pasar desapercibidos en esta gran celebración dentro del tiempo de Navidad. Tomemos un momento para ponderar el verdadero sentido de la familia y pensar en cómo nuestra propia familia puede ser un lugar donde Jesús habite y que refleje el modelo que nos ofrece la Sagrada Familia.
Tomemos un momento para reflexionar en las cualidades de la Sagrada Familia, bondad, amor, misericordia, confianza, fe. . . que podemos imitar para que nuestra familia sea unida.
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