La semana pasada tuve la oportunidad de reunirme con los chicos que van a ser confirmados este año en mi parroquia. Como estamos cerca de Pentecostés creí oportuno conversar con ellos sobre la venida del Espíritu Santo en Pentecostés y en especial a nuestras vidas. Los chicos tenían poca idea de que hace el Espíritu en nosotros.
Hablamos de recibir el Espíritu Santo al momento de bautizarnos y en especial en la confirmación cuando somos sellados con el Don del Espíritu Santo. Pero sería bueno hacernos la pregunta que le hizo Pablo a sus discípulos de Éfeso ¿Han recibido el Espíritu Santo al aceptar la fe? Sabemos que respondieron que no lo conocían. Creo que muchos de nosotros responderíamos igual. Hemos recibido al Espíritu Santo pero no aprovechamos su presencia en nosotros.
Conocer la presencia del Espíritu Santo nos llena sus dones (sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios). Al vivir de acuerdo a esos dones producimos frutos (caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad). Los frutos del Espíritu Santo lo muestra que en verdad estamos viviendo en el Espíritu.
Antes de subir al cielo, Jesús prometió enviarnos su Espíritu para que recibiéramos la “Fuerza del Espíritu Santo”. Sí, hemos recibido al Espíritu Santo, no lo dude. Tenemos en mostros la fuerza del Espíritu y con ella podemos “renovar la faz de la tierra”.
Celebramos la fiesta de Pentecostés como "broche de oro" en la temporada de Pascua. Descargue la Estampa de oración Gente de Pentecostés y utilícela con su familia o clase para celebrar esta gran fiesta.