La semana pasada participamos en la reunión anual de la asociación de maestros de escuelas católicas y directores de educación religiosa de los estados Unidos (NCEA) por sus siglas en inglés. La reunión tuvo lugar en Houston, Texas y congregó más de 8 mil personas. Fue una gran satisfacción ver a tantos discípulos reunidos buscando información y recursos para mejorar, actualizar y fortalecer el servicio de apostolado que ofrecen a la Iglesia. Hombres y mujeres jóvenes entusiasmados con el quehacer de ser discípulos y formar discípulos para Cristo.
Una de las cosas que llamó mucho mi atención fue las nuevas tecnologías. Cuantas cosas interesantes podemos hacer y sin mucho esfuerzo, muchas veces gratis. ¿Cómo el Internet, Facebook, Twitter pueden ayudarnos a comunicarnos con las familias de los niños a quienes enseñamos e informarles de lo que está pasando en la parroquia, el progreso de sus hijos en la clase, invitarlos a reuniones, aviarles actividades para hacer en familia? Las oportunidades no tienen límites.
Hoy vivimos en una época de constantes cambios donde muchas veces los valores cristianos parecen no tener cabida. Como maestros y catequistas es importante que nos preparemos para formar discípulos que puedan vivir y compartir efectivamente su fe en el medio en que se desenvuelven. Reuniones como la celebrada en Houston nos dan la oportunidad de actualizarnos, renovarnos y compartir nuestras ideas con otros.
Y hablando de renovación, la primavera nos invita a renovar nuestros instrumentos de enseñanza, revisarlos, actualizarlos.