Martha Washington, la esposa del primer presidente norteamericano, dijo una vez: "La felicidad depende más de nuestra disposición que de nuestras circunstancias." Esto me recuerda al famoso San Patricio quien a los 16 años (por allá en el siglo 5to) fue secuestrado por piratas en su país natal las islas Británicas y llevado como esclavo a Irlanda, que para entonces era totalmente pagana. Dice la leyenda que Patricio aprendió a rezar intensamente mientras cuidaba las ovejas de su amo. Después de seis años logró escapar y viajar 200 millas hasta la costa donde pudo embarcarse de regreso a su hogar.
Uno pudiera suponer que Patricio estaría feliz de estar de nuevo con su familia y llevar una vida normal como todo hijo rico y afortunado. Todo lo contrario; soñaba con volver a Irlanda, pero esta vez como sacerdote misionero. Así lo hizo. El resto de su biografía es bien conocida: viajó por todo el país predicando, enseñando, construyendo iglesias, estableciendo escuelas y monasterios, y haciendo milagros por doquier.
Al principio Patricio esperaba que en cualquier momento lo mataran o esclavizaran de nuevo. Sin embargo su deseo misionero fue más fuerte que el miedo, el cual cambió por la alegría. Fue un santo contento que contagiaba deleite por las cosas de Dios. El país entero encontró la fe gracias a la incansable misión de Patricio.
Cuenta la historia que de vuelta a Irlanda Patricio fue en busca de su antiguo amo para pagar por su libertad y hacer las paces con él, pero este, asumiendo que Patricio lo buscaba para matarlo, se suicidó. Su actitud negativa lo traicionó.
Lo dicho por Martha Washington es tan cierto: "La felicidad depende más de nuestra disposición que de nuestras circunstancias." La disposición negativa del amo lo llevó a la muerte; la disposición positiva de Patricio lo condujo no solo a una auténtica libertad pero también a regar la semilla del bien en el país que lo esclavizara.
San Patricio tiene mucho que enseñarnos sobre nuestra actitud frente a la vida. Aunque siempre se le recuerda predicando sobre la Santísima Trinidad usando una hoja de trébol, pensemos esta vez en los tres pétalos del trébol como ejemplos de la vida de Patricio: la fe, la libertad, y la alegría.
Actividad: Comparte con tus estudiantes o tus hijos el significado de estas tres palabras mientras ellos dibujan y recortan un trébol, y decoran cada pétalo con un símbolo de cada palabra.