Estamos casi a la mitad de la Cuaresma, por lo menos yo tengo que recargar de nuevo, renovar mis intenciones de centrarme en lo que es importante durante este tiempo de conversión, que cosas nos llevan a Dios durante la Cuaresma.
En las semanas pasadas Víctor y Rosa estuvieron hablando de la oración y el ayuno. Quiero concentrarme esta semana en la limosna. ¿Por qué la limosna es una práctica que nos puede acercar Dios? Dar limosna tiene una relación muy íntima con la penitencia y la caridad; nos eximimos de algo y damos algo. Esto nos permite compartir con los demás, especialmente con los más necesitados. El compartir con otros pensando en que servimos a Jesús nos da la oportunidad de acércanos a él, de vivir más como él, lo que nos acerca más a Dios.
Dar a los demás nos ayuda a reflexionar en lo que Dios nos ha dado, en compartir lo que tenemos con los demás, en cuantas cosas tenemos que en realidad no necesitamos, cuantas personas carecen de lo más indispensable, la grandeza de Dios en la naturaleza, nos ayuda a ser solidarios . Todo esto nos permite analizar el por qué hacemos las cosas, en un esfuerzo de poner nuestras mentes y corazones en Dios para lograr convertirnos en mejores discípulos.