Los eventos del 14 de diciembre en Newtown, Connecticut nos traen una tristeza muy profunda. No hay mucha consolación solo preguntas y más preguntas. Las personas que fallecieron ese día están en nuestros corazones y en nuestras oraciones. A mí en lo personal me recuerda a los santos inocentes del evangelio. Yo nací el 28 de diciembre y comparto ese día con los santos inocentes. Estos niños de Connecticut son como los niños del evangelio que Herodes mandó a matar. Los eventos de esta semana son semejante a la historia de la Biblia en que no tienen sentido ni explicación lógica.
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Recuerdo las palabras del Papa Benedicto XVI sobre La Sagrada Familia y los Santos Inocentes:
“La santa Familia de Nazaret atravesó muchas pruebas, como esa – recordada en el evangelio según San Mateo – de la "matanza de los inocentes", que obligó a José y María a emigrar a Egipto. Pero, confiando en la divina Providencia, encontraron su estabilidad y aseguraron a Jesús una infancia serena y una educación sólida. (Benedicto XVI, 1 de enero de 2011).”
Los eventos de la semana pasada en Connecticut duelen, y duelen mucho. Nuestros corazones están partidos….pero como nos dice el Papa--con la divina Providencia podemos encontrar nuestra estabilidad y serenidad con Jesús. Que el nacimiento del niño Jesús que recordamos en unos días nos brinde una esperanza nueva de un mundo de paz y amor.
Encomendamos estas almas, santas y puras a un reposo celestial y que interceden por nosotros a Dios todopoderoso.
Victor Valenzuela