En la vida material, es común el reciclaje de nuestra basura, que se puede reutilizar en otras maneras. Este tipo de actividad ayuda a conservar nuestro medio ambiente y es un gran esfuerzo para proteger nuestro planeta. Casi todos tenemos nuestro cesto de reciclaje en nuestras casas.
En la vida espiritual, no es tan común el reciclaje. El concepto de renovar nuestra fe no es una práctica frecuente. Para muchos de nosotros nos cuesta cambiar nuestros ritos y prácticas espirituales. Hay muchas personas que todavía están viviendo la espiritualidad de sus abuelos. Otras personas no han progresado desde los primeros niveles de la catequesis que recibieron cuando eran niños.
La Biblia nos invita y nos implora que sigamos creciendo y cambiando. San Pablo nos dice, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura (nueva creación) es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas”. (2 Cor 5:17). Jesús en sus parábolas siempre habla sobre la nueva creación, en Juan 12:23 nos dice, “En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto”. Para poder renovarnos necesitamos dejar que nuestras prácticas espirituales antiguas pasen. Es un proceso como la semilla que se transforma y pasa de ser un grano a algo diferente.
Hace poco el papa Francisco dijo que si la fe no está viva, nuestras iglesias se convierten en museos. La nueva evangelización nos pide que veamos con ojos nuevos nuestro encuentro con Dios. No nos pide que dejemos nuestras devociones y rituales espirituales que recibimos de herencia en nuestra familia, sino que hay que transformarlos para que siga creciendo nuestra fe.
Todavía estamos en el primer mes del año nuevo y es ahora cuando podemos hacer los ajustes a nuestras vidas. Hacemos muchos retiros y promesas para el año pero casi nunca pensamos en nuestra vida espiritual.
Mostremos interés en el cambio y la transformación de nuestras devociones y rituales para que nuestra fe continúe su crecimiento y podamos estar más cerca de Dios. Descargue esta actividad y practíquela en su hogar o parroquia.