La venida de los Reyes Magos fue siempre un acontecimiento muy especial para nosotros cuando pequeños. Todavía lo sigue siendo para muchos niños en nuestros países. La ilusión de recibir regalos misteriosamente es fascinante. Los niños miran la vida con ojos diferentes, por lo menos eso es así para aquellos que pueden darse el lujo de soñar. Ellos ven lo maravilloso con suma naturalidad; no tienen problemas en creer que las cosas vienen del cielo, y que esperar por ellas es parte del hechizo navideño.
Pero somos adultos, y la fiesta de la Epifanía tiene algo más que decirnos que el simple relato de magos extraordinarios provenientes del Oriente con regalos extraños para un niño recién nacido. Oro, incienso y mirra no eran presentes que se daban ordinariamente. Entonces, ¿qué nos quiso decir Mateo con ellos? Incienso y mirra son productos de la resina de árboles, los cuales se usaban como fragancias y como remedios. El oro, el metal por excelencia para el adorno personal y lugares importantes, indicaba poder y prestigio.
Vistos desde la fe, las ofrendas representan eventos significativos no solamente en la vida de Jesús sino en la nuestra también. El oro indica divinidad, importancia y realeza, atributos que le damos a Dios, pero que Dios nos da a nosotros también: "A su imagen y semejanza nos hizo"; "Ustedes son reino de sacerdotes, nación santa, pueblo elegido..." El incienso nos habla de santidad. Su aroma refrescante, inspira confianza, apunta hacia un amor incondicional y profundo. Así fue Jesús, y así también quiere él que seamos sus discípulos. La mirra es realista, ella simboliza el bálsamo que cura las heridas y los sufrimientos que nos da la vida. Es una medicina fuerte y amarga. No solamente se la dieron a beber a Jesús durante la crucifixión sino que la usaron para embalsamar su cuerpo después de muerto.
Estos regalos son caros. No debemos tomarlos a la ligera ni desperdiciar su valor. Cada uno nos dice cuán importante somos para nuestro Dios, y cuanto nos ama y nos cuida. Recibámoslos con agradecimiento en esta Epifanía.
En esta fiesta de la Epifanía ofrezcamos y entreguemos lo mejor de nosotros a Dios y a los demás para que podamos revivir ese momento tan especial en el que los Reyes Magos acudieron al niño Jesús con sus valiosos presentes. Descargue la Oración a la Epifanía y compártala en familia.
Rosa Monique Peña, OP