Tomemos ejemplo de la parábola del hijo pródigo y enseñemos a nuestros semejantes a reconciliar y pedir perdón. Enseñe a los niños y estudiantes sobre el perdón. Descarga ahora el Folleto La reconciliación y el perdón.
En la Biblia hay varios cuentos de cómo debe ser la reconciliación entre hermanos. Por ejemplo en Mateo 6:14 leemos: “Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados”. También esta frase de Hechos 3:19 “Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que Él les borre sus pecados”. El perdón es parte esencial de la vida cristiana. Jesús nos pide que aprendamos a perdonar hasta en las situaciones donde no vemos posibilidad de perdón.
La parábola del hijo pródigo que se encuentra en Lucas 15:11 es la historia del hijo menor que decide tomar su herencia e irse de la casa dejando a su hermano mayor con su padre. El hijo menor se llevó su dinero y se lo gastó todo. Cuando necesitaba dinero para comer se puso a trabajar cuidando cerdos, que en la sociedad judía de ese tiempo era uno de los trabajos más humillantes. Después de un tiempo regresó a la casa de su papá. Él sabía que su error era grande contra su familia. Pero antes de llegar a la casa de su familia, el padre lo recibió en el camino y lo abrazó y le dio un beso con una calurosa bienvenida. En lugar de recibirlo con enojo y rechazo, el padre le trajo ropa limpia, hasta un anillo y las mejores sandalias. Hasta un banquete le preparó. El padre estaba contento de que el hijo haya regresado, y lo perdonó. Jesús nos está diciendo que este es el tipo de perdón que tenemos que ofrecer. No guardar rencor, al contrario, hay que perdonar y dar a la persona la oportunidad de reparar su relación con Dios y con la comunidad. De eso se trata la reconciliación.
Y si eso fuera poco, el hijo mayor se molestó porque el padre perdonó a su hermano. Pero el padre le dijo que lo importante es que el hijo menor reconoció su error y regresó, y por eso hay que celebrar. El padre de dice al hijo mayor, “tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado”.
La reconciliación es algo que debemos practicar en nuestras vidas todo el tiempo. Hay que perdonar y no guardar rencor a nuestros hermanos. Este concepto fue muy importante en el tiempo de Jesús y sigue siendo algo muy necesario en nuestro mundo hoy. Solo hay que ver las noticias para darnos cuenta que lo que hace mucha falta en este mundo es el perdón y la reconciliación para que haya paz. Como catequistas nosotros tenemos que no solo enseñar sobre la reconciliación, sino también practicarla.
Mi colega Kathy Hendrick’s ha escrito sobre cómo enseñar a los niños sobre el perdón. El material es un volante de dos páginas a todo color que puede imprimirlo y distribuirlo.
Victor Valenzuela