Las vacaciones son una necesidad y un lujo. Son una necesidad puesto que las fuerzas físicas y espirituales necesitan de vez en cuando recobrar su vitalidad. Cuando los esfuerzos por la supervivencia sobrepasan nuestras fuerzas, todo nuestro afán va paulatinamente debilitándose al punto de convertirse en experiencias amargas. Nadie quiere llegar a eso. Un descanso a tiempo nos libera de estos extremos y nos da un espacio para pensar, y posiblemente reencauzar nuestro sendero, aun las ilusiones.
Las vacaciones son también un lujo. No todo el mundo tiene la oportunidad o el dinero para dejar los trajines de la vida a un lado, para ir de paseo lejos a visitar lugares bonitos y acogedores, o familiares queridos con quienes se quiere pasar momentos agradables. Conozco personas que no han tenido unas vacaciones en décadas, las estaciones del año son todas iguales para ellas: vienen y van como cualquier mes. Las necesidades de la familia no les permiten descansar porque de ellas depende que se tenga techo y comida.
¿Qué puede hacer una familia en estas circunstancias? ¿Es que para estas familias no hay la posibilidad de tomar vacaciones? Todo depende de cómo imaginemos las vacaciones. Si pensamos que tienen que ser largas, costosas y fuera de la ciudad, entonces nunca las tendremos si nos faltan tiempo y dinero. Pero, ¿qué tal si las tomamos en "pomitos pequeños"? Piensa en las pequeñas actividades que tu familia puede hacer para romper la rutina y la monotonía: ir a un cine, salir a caminar por un parque, encontrar una heladería y sentarse a saborear un soberano helado. ¿Hay una playa cerca? Llévenle su cansancio y déjenlo en el agua, verán qué bien se sienten al salir. Pongan música bailable y hagan un concurso al estilo de "bailando con las estrellas." ¿Son pocos en la familia? Inviten entonces a unos cuantos amigos a quienes les guste bailar también.
Una última idea: quédense un rato más en la iglesia después de misa y ofrezcan una oración especial por el bienestar de toda la familia. Háganle espacio a Dios en el grupo familiar; verán como tranquiliza y da paz saber que está presente entre ustedes.
Sr. Rosa Monique Peña, OP