¡Qué paisaje tan bello! ¡Mira esas flores, mira ese árbol! ¡Nunca había visto colores tan vivos como estos! Estas son algunas expresiones de admiración que mi hermana no se cansaba de repetir en una fecha como ahora cuando vino a visitarme en el sur de Michigan. Lo cierto es que el reverdecer de las plantas y el retoño de las flores borran las melancolías del invierno y dan entrada al gozo. La primavera es en todas partes símbolo del renacer, la renovación y el de una nueva vida. Los que viven en lugares de crudo invierno saben contar los días cuando el suelo volverá a ser blando, para darle paso al milagroso brote de las nuevas hojas y de las flores.
La primavera es la temporada perfecta para celebrar el Día de las Madres, pues de sus entrañas, cual tierra blanda y caliente, brota la nueva vida. Los frescos, pinturas, esculturas, canciones, poemas y escritos más bellos de la humanidad se han hecho para resaltar y enaltecer la figura materna. El regazo de una madre no se compara con nada. Recuerdo una vez tomar en mis "cómodos" brazos a uno de mis sobrinitos recién nacido, pero sus gritos y llanto no cesaron hasta encontrarse de nuevo en los "muy flacos" brazos de mi hermana. ¿No les recuerda esto La Pietà? María con el cuerpo muerto de Jesús plácidamente recostado contra su pecho.
Seguramente ustedes están acostumbrados a cantarle o recitarle alguna poesía a su progenitora en el Día de las Madres. Si no tienen algo especial, lean los hermosos versos de esta canción, y, si gustan, sáquenle copia para recitárselos a las madres y abuelas de su familia. Mejor aún, ¿qué tal si se animan a componer algunos versos, o canción, usando palabras que les nazca del corazón? Si desean oír la canción búsquenla en YouTube bajo el título "Himno a las Madres."