Continuando la serie sobre los escrutinios que he escrito en las últimas semanas, hoy voy a compartir la historia de la resurrección de Lázaro, que narra el Evangelio de San Juan en el capítulo 11.
En los primeros dos artículos que compartí, fueron la historia de la samaritana en el pozo y la sanación del hombre ciego de nacimiento. Junto a la resurrección de Lázaro, estas tres historias nos llevan a reflexionar sobre nuestro Bautismo. La historia de la samaritana trata del agua. La historia del hombre ciego de nacimiento trata sobre la luz. La historia de la resurrección de Lázaro sobre la vida. Estas son las partes esenciales del Bautismo; agua, luz y vida.
La resurrección de Lázaro es una historia de la fe que tenemos en Cristo. Dos temas sobresalen en esta anécdota; primero está la espera de Marta y María para que Jesús escuche sus peticiones y segundo, lo grande que es el poder de Dios.
Nos damos cuenta de que Marta y María tenían más de cuatro días esperando que Jesús les respondiera a su llamado para sanar a Lázaro cuando estaba enfermo. Después de que murió Lázaro, todavía tenían la esperanza de que Jesús llegara a regresarlo de la muerte. Se nota una desesperación por parte de Marta cuando le dice a Jesús que llegó tarde. Esta desesperación nos entra a todos nosotros. Queremos que las cosas se hagan cuando nosotros queremos. Dios nos da el don de la paciencia. Muchos de nosotros no aprovechamos esta paciencia y muchas veces queremos reprochar a Dios, igual que Marta, y decirle por qué no viniste cuando te necesitaba. Nos entra una desesperación. Pero Jesús nos enseña que nuestra vida espiritual funciona, no en nuestro horario sino en el horario de Dios. Por eso es importante tener fe y mucha paciencia. Al final Jesús nos dará la vida eterna que buscamos.
El segundo tema que vemos es el poder de Jesús. Parece ser que ni María ni Marta jamás dudaron del poder de Jesús de sanar o de resucitar a su hermano Lázaro. Sí, se desesperaron, pero no dudaron que Jesús tenía el poder. Esa misma fe es importante que nosotros tengamos en Jesús. A pesar de que algunas veces no parezca que nuestra situación tenga solución, nuestra fe en Jesús nos ayudará a ver todas las posibilidades. Porque todo es posible con Jesús. Por eso esta Cuaresma y especialmente esta Semana Santa, debemos recordar que la renovación que nos brinda el agua del pozo de la samaritana nos trae luz como al ciego y vida nueva como a Lázaro. Todo esto nos brinda Jesús cuando nosotros tenemos fe y la paciencia de que todo se cumple en el tiempo adecuado según las promesas que nos da Dios.