Uno de mis himnos de Cuaresma favoritos es un himno en inglés basado en el libro del profeta Oseas. La primera estrofa la podemos traducir así:
“Regresa a mí con todo el corazón.
No dejes que el miedo nos separe.
Tanto tiempo he esperado a que regreses
y juntos vivamos intensamente nuestra nueva vida”.
Me parece una invitación irresistible, un llamado a la reconciliación con el amado. La Cuaresma es un tiempo especial que nos puede ayudar a emprender el camino de regreso y a prepararnos para empezar de nuevo a vivir “intensamente” esa nueva vida.
Las prácticas de Cuaresma nos ayudan a conocer y a apreciar la cruz de Jesús, y nos transforman para poder llevar nuestras propias cruces. Estas prácticas nos ofrecen la oportunidad de renovar nuestra vida para volver a Dios. Por la gracia divina nos acercamos más a nosotros mismos, a Dios y a nuestro prójimo. La oración transforma nuestro espíritu; la reflexión y la meditación nos ponen frente a nuestras debilidades, permitiéndonos examinar nuestra conciencia; el ayuno y la abstinencia nos permiten solidarizarnos con los menos favorecidos; y la penitencia nos ofrece el perdón que nos reconcilia con Dios y nuestros hermanos.
Al final de la jornada, recuperados, rejuvenecidos, alegres y con nuestros corazones llenos de amor, estaremos dispuestos a alcanzar la meta.
Tomemos nuestras cruces y emprendamos sin miedo este camino de Cuaresma que nos lleva hasta el Señor. Él nos está esperando con los brazos abiertos. Acepta su invitación.
Actividad: imprima la lista de “Cosas que podemos hacer durante la Cuaresma”, escoja algunas de las ideas y póngalas en práctica. También puede hacer copias, y entréguelas a los estudiantes.