En este artículo vamos a conversar sobre el papel de los padres en la formación de fe de sus hijos y qué podemos hacer para ayudarlos a tomar conciencia de ello.
El grito de la mayoría de los catequistas y directores de educación religiosa es la falta de participación de los padres en la educación religiosa de sus hijos. Por otro lado, la Iglesia nos enseña que los padres son los primeros educadores en la fe de sus hijos. ¿Por qué los padres no se involucran en el proceso catequético de sus hijos?
Esta pregunta nos lleva a otras preguntas. ¿Saben los padres que es responsabilidad de ellos trasmitir la fe a sus hijos? ¿Están los padres preparados para catequizar a sus hijos? ¿Qué tanto conocimiento de la fe tienen los padres? ¿Qué estamos haciendo para instruir a los padres en la fe? ¿Qué estamos haciendo para involucrar a los padres en la vida de la parroquia?
Mientras lee este artículo piense, no solo en cómo puede ayudar a los padres de los niños a quienes catequiza a participar más de lleno en los programas de formación religiosa y cómo pude guiarlos para que tomen conciencia de su papel de educadores en la fe, sino también que se den cuenta de que la formación religiosa es un proceso que dura toda la vida y un modo de vivir como cristianos católicos.
Para que la catequesis sea efectiva, es necesario que los padres estén involucrados en el proceso. Como catequistas, tenemos la responsabilidad de ayudar a los padres para que puedan debidamente acompañar a sus hijos en su peregrinaje de fe, compartiendo la fe en la casa y siendo testigos de la fe para sus hijos.
Para que la catequesis sea efectiva, es necesario que los padres estén involucrados en el proceso.
Es en el seno del hogar donde por primera vez escuchamos sobre Jesús. Nuestros padres y abuelos generalmente nos llevan a bautizar, nos enseñan las oraciones tradicionales, nos cuentan historias bíblicas y nos llevan a la misa los domingos. Luego nos llevan a la parroquia para que nos preparen para celebrar la Primera comunión y la Confirmación. Para la mayoría de los padres, con esto están cumpliendo con su papel. Todo esto está bien, pero no es suficiente para formar verdaderos discípulos. La educación en la fe va más allá de memorizar oraciones, hacer novenas y aprender historias bíblicas. La doctrina católica es un rico legado de instrucciones basadas en las enseñanzas de Jesús que nos indica cómo vivir la vida como verdaderos hijos de Dios.
Nadie puede dar lo que no sabe y realmente el conocimiento de la fe que tienen los padres es insuficiente. La fe de la mayoría de los padres se basa en practicar devociones y tradiciones populares, las que no han relacionado con la doctrina católica. Es necesario ayudar a los padres a comprender que ser cristianos es una forma de vivir de acuerdo con los valores que nos ha enseñado Jesús, basados en los Mandamientos y las Bienaventuranzas, es practicar esos valores en nuestra vida diaria. Tenemos que reentrenar a los padres.
Catequistas y DER deben trabajar juntos para crear situaciones adecuadas para orientar y educar a los padres y ofrecerles recursos que les ayudarán a tener una relación íntima con Dios, que les ayude cada día a aumentar su conocimiento de Dios. La catequesis debe incluir a toda la familia para llevar al hogar lo aprendido y juntos todos puedan poner en práctica lo que han aprendido. De esta forma, el núcleo familiar puede llegar a ser verdaderamente la “Iglesia doméstica” inspirada por el Concilio Vaticano II.
A continuación, algunas ideas simples que puede poner en práctica para involucrar a los padres en los programas de educación religiosa.
DER:
1.) Al inicio del año, reúna a los padres para conversar sobre la importancia de su participación en la preparación de sus hijos. Ponga énfasis en que la formación religiosa es algo que dura toda la vida. Explique la importancia de vivir la fe en la casa.
2.) Aproveche las clases de preparación sacramental para dar una catequesis a los padres. Puede escoger tres temas y espaciarlos durante el año.
3.) Periódicamente, ofrezca retiros cortos a los padres sobre un tema doctrinal específico. (Dignidad humana, sacramentos, importancia de la oración, etc.)
CATEQUISTAS:
1.) Al inicio del año escolar, reúna a los padres para conversar sobre lo que los niños en su clase van a aprender durante el año. Repase con ellos el contenido del libro de texto que van a usar. Explique lo que espera de ellos.
2.) Durante el transcurso del año, invite a los padres a compartir con la clase algunas de las celebraciones religiosas en su país de origen.
3.) Invite a los padres a visitar sus clases. Puede tener una lista para asignar las fechas a los padres.