El 22 de abril es el Día de la Tierra. La celebración del Día de la Tierra brinda a los católicos la oportunidad de conversar con los niños sobre nuestra responsabilidad de cuidar la creación de Dios. Nuestro llamado a cuidar la creación es incesante y nosotros, como discípulos, podemos usar el Día de la Tierra para volver a comprometer nuestros esfuerzos para cuidar mejor nuestro planeta y a todas las personas que viven en él. En este artículo, exploraremos recursos imprimibles y prácticos que apoyan a las familias católicas, cuya fe crece tanto en el hogar como en línea, mientras se suspenden los programas catequéticos tradicionales.
Cuidar la creación de Dios es un elemento esencial de nuestra fe. La doctrina social de la Iglesia incluye el cuidado de la creación de Dios como uno de sus siete temas. Como somos responsables de la creación, nuestras acciones muestran al Creador que respetamos toda la vida y nos preocupamos por todas las personas. Responder a este llamado significa aceptar la responsabilidad de proteger la creación de Dios, al respetar y proteger el medio ambiente para las generaciones futuras. Los catequistas y los directores de educación religiosa tienen una oportunidad única para alentar a las familias a amar y aprender a cuidar la creación de Dios.
Como católicos, todos debemos comprometernos a salvaguardar el medio ambiente y esforzarnos por aumentar nuestro amor por todas las maravillas naturales de Dios.
La encíclica del Papa Francisco, Laudato Si': Sobre el cuidado de la casa común fue la primera encíclica dedicada por completo al tema de los problemas ambientales. Inspirado por el Cántico de las criaturas de san Francisco de Asís, "Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre Tierra, la cual nos sostiene y nos gobierna", la encíclica demuestra que los problemas ambientales son una prioridad del papado del Papa Francisco. Escrito para "todas las personas que viven en este planeta", el Papa Francisco ha pedido a los ciudadanos del mundo que reconozcan, conversen y asuman una responsabilidad personal para enfrentar los desafíos ambientales. (Para obtener más información sobre Laudato Si' o para acceder a una versión electrónica de la encíclica, visite el sitio web de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos).
Explore y descargue los recursos imprimibles a continuación y anime a todos los miembros de su parroquia, escuela, programa de formación en la fe, etc. a usarlos durante todo el mes y todo el año. Estos ayudarán a los niños y las familias a comprender, reflexionar y responder al llamado a ser responsables del medio ambiente.
Apagar una luz innecesaria, reciclar un periódico y utilizar el transporte público son actos responsables. Estos actos realizados por nosotros y por otros se suman a un compromiso colectivo que puede marcar la diferencia en nuestro vasto y hermoso mundo. Al participar en el cuidado de la creación, podemos sentir una sensación de empoderamiento que proviene de contribuir al bien común. Aunque originalmente fue diseñada para niños, participantes de cualquier edad pueden usar la Lección Administradores de la creación de Dios para reflexionar sobre las formas de cuidar los dones de la creación de Dios. ¡Descargue esta colorida lección y oración de celebración y complete las actividades con los niños, su familia o como un ejercicio personal para ver cómo cuidar mejor nuestro entorno natural!
Puede descargar un libro electrónico imprimible y GRATUITO que contiene ideas para enseñar e inspirar a los niños a cuidar de la creación. Las actividades descritas en este libro electrónico pueden ser realizadas en casa por las familias o en el aula cuando se reanuden los programas tradicionales de educación religiosa. ¡Descargue este recurso imprimible y comience a leer el Libro del Génesis o emprenda una búsqueda del tesoro hoy!
¿Busca otras formas de cuidar la creación? ¡Aquí hay ideas adicionales (en inglés) con las que puede participar una vez que complete las actividades en el Libro electrónico Cuidando de la creación de Dios!
Nuestro llamado a cuidar la creación de Dios es incesante, y nosotros como discípulos somos especialmente recordados a esta llamada en la encíclica del papa Francisco sobre el medio ambiente, Laudato Si’. El Día de la Tierra se celebra este mes, el 22 de abril y es otra oportunidad para hablar con los niños de nuestra responsabilidad para cuidar de la creación de Dios. Usar recursos responsablemente y ayudar a cuidar el planeta es responsabilidad de todos los discípulos, sin importar nuestra edad. Incluso los discípulos más jóvenes pueden ayudar a ser guardianes de la creación. Una de las maneras de fomentar esta mayordomía es mediante la enseñanza a los jóvenes discípulos acerca de la creación, con el fin de desarrollar fascinación, reverencia y gratitud por los dones de Dios.
En el relato del Génesis, aprendemos que Dios nos dio muchos dones, entre ellos los dones de la luz y el agua. Comparta la historia de la creación de una Biblia para niños (Génesis, capítulo 1). Después de leer, reitere las cosas que hizo Dios y que eran buenas. Luego, descargue la Actividad grupal Los dones de Dios para compartir con los niños que están en el jardín de infantes o en la primaria. Esta actividad será de interés, especialmente para los niños que se inclinan a las actividades naturalistas y visuales-espaciales. En esta actividad, ellos aprenderán que los dones de Dios de la luz y el agua trabajan juntos para crear algo especial: ¡un arco iris! La actividad incluye un plan de lecciones imprimible para compartir con los catequistas o las familias.
La estación de la primavera trae el retorno de las horas de luz y una mayor oportunidad en muchas partes del país para pasar más tiempo al aire libre. Explique a los niños que cuando la luz brilla a través del agua, forma un arco iris. ¡Las lluvias de la primavera darán una oportunidad para que los discípulos detecten el arco iris si ellos lo buscan!
Reúna crayones, marcadores o lápices de colores para que los niños los usen. Distribuya una hoja de actividad a cada niño. Pida a los niños compartir sus experiencias de ver un arco iris en el cielo después de una tormenta. Disponga de voluntarios para identificar cada imagen que se muestre. Luego, invite a los niños a colorear el sol, la nube, la lluvia y el arco iris. (Tal vez desee revisar los colores del arco iris de antemano). Cuelgue las hojas de actividades terminadas en un tablero de anuncios de la clase o envíelas a la casa con los niños como un recordatorio de la belleza de la creación de Dios. Para concluir la actividad, recen una oración de agradecimiento a Dios por los dones de la creación. Y, anime a los niños a observar un arco iris.
Si lo desea, extienda esta actividad en las materias de artes plásticas o ciencias. Discuta las propiedades de un arco iris, ¡use la actividad como punto de partida para hablar de colores o prismas o dirija un experimento sencillo para hacer un arco iris con los niños!
Descargue ahora la Actividad grupal Los dones de Dios.
El cuidado de la creación implica un profundo respeto por el mundo natural y un compromiso para salvaguardar el medio ambiente. También es importante aumentar nuestro amor por toda la creación de Dios y deleitarnos con las maravillas que nos rodean. El Salmo 148 se conoce a menudo como un himno de alabanza a la creación. Use la Reflexión sobre el Salmo 148 para fomentar un respeto por la creación y percibir el misterio divino en la belleza de la creación. Reflexione sobre el contenido de este salmo con su clase, familia o como un ejercicio personal.
Descargue la Estampa de oración En acción de gracias por los dones de la creación de Dios y úsela en el aula o en la parroquia para mejorar el aprecio de sus hijos por la generosidad de la naturaleza.
Renovando la Tierra es la carta pastoral de los obispos de Estados Unidos sobre la justicia ambiental y nos dice: “En esencia, la crisis ambiental es un desafío moral. Nos llama a analizar cómo usamos y compartimos los bienes de la Tierra, lo que dejamos a las generaciones futuras y cómo vivimos en armonía con la creación de Dios”. Esta llamada busca la comprensión intrínseca e intuitiva de los niños de que el cuidado de la creación es fundamental.
Los niños de hoy reconocen que, si enseñamos respeto por la vida, entonces debemos respetar la naturaleza y la interconexión de toda vida. Los educadores y los padres deben nutrir la visión de los niños sobre la sacramentalidad del universo entero, que fue bendecida por Dios.
Descargue el Artículo de apoyo La comunidad y el cuidado de la creación que aborda el tema de la justicia ambiental e incluye sugerencias de formas en las que los jóvenes pueden mostrar el cuidado de la creación tanto en el hogar como en la escuela.
Las familias pueden planificar un evento de varios días en torno al cuidado de la creación con la ayuda de Organizador y presentación ¡Zona verde! Esta presentación descargable de PowerPoint™ le permite prepararse para un evento de toda la comunidad y proporciona las diapositivas necesarias para que el líder implemente el evento. Se puede personalizar después de descargarlo.
En el evento, los participantes aprenderán cómo el llamado a cuidar de la creación de Dios es parte de la enseñanza social católica. Ampliarán su comprensión de la administración que incluye el respeto y la protección del medio ambiente. Finalmente, podrán identificar formas de “ser ecológicos” a través de la práctica de esta responsabilidad en el hogar y en colaboración con otros.
Estos recursos imprimibles gratuitos se pueden usar en el aula o en el hogar para explorar el llamado a cuidar la creación de Dios. Como católicos, todos debemos comprometernos a salvaguardar el medio ambiente y esforzarnos por aumentar nuestro amor por todas las maravillas naturales de Dios. El Día de la Tierra es una oportunidad más para abrirnos a los poderes restauradores de la naturaleza y glorificar a Dios, como lo aconsejó Juan Pablo II.
“Nuestro contacto con la naturaleza tiene un profundo poder restaurador. La contemplación de su magnificencia imparte paz y serenidad. La Biblia nos habla una y otra vez de la belleza de la creación que está llamada a glorificar a Dios”. Papa Juan Pablo II.